En realidad tampoco la pole de Lewis Hamilton. El británico tiene el mejor coche del momento, es un talento sobrenatural y debía imponerse a su compañero Nico Rosberg, aunque estuvo a punto de no hacerlo. Pero si vamos al terreno de las sorpresas ahí está, para casi todo el mundo, Daniel Ricciardo. El australiano acabó segundo tras Hamilton y por delante del otro Mercedes, pero sobre todo y ante todo terminó muy por delante en cada sesión de su compañero, del cuatro veces campeón del mundo: Sebastian Vettel.
El alemán se quedó fuera de la Q3 y terminó decimotercero (aunque saldrá duodécimo por la sanción de Bottas, que sustituyó la caja de cambios y fue décimo). Es cierto que al germano le perjudicó la bandera amarilla que le tocó a causa del choque de Kimi Raikkonen (ahora hablaremos de esto), pero no tanto como para perder los más de dos segundos que en Q2 le sacó su cuasinovato compañero.
¿Y en Ferrari? Pues Alonso delante de Raikkonen en cada una de las sesiones. Y el finlandés estrellándose contra las protecciones en la Q2. Partirá undécimo Kimi, también beneficiado por lo de Bottas. Y el español de nuevo luchando con un monoplaza que está, como se esperaba, por detrás de Mercedes, pero también de Red Bull. Y de algunos equipos con la unidad de potencia alemana que sólo el talento del doble campeón ha dejado por detrás. Recordemos que Fernando ha sido el único motor Ferrari presente en la Q3.
Genial debut también de Magnussen con el McLaren, cuarto y muy por encima de Button en todo momento. Ahora llegará la carrera con muchos atractivos, la previsible remontada de Vettel y Raikkonen, la lucha entre los Mercedes, ver qué será capaz de hacer Alonso desde la quinta plaza. Esto es F-1. Ya ha comenzado el espectáculo. Al fin.
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